La Historia de Santoña en la prehistoria.

Sabemos que la historia de esta Villa Marinera se remonta entre el 2.500.000 a.C. hasta el 8000 a.C, gracias a los restos paleolíticos hayados en el Monte Buciero siendo catalogados los yacimientos del periodo Magdaleniense Superior y Epipaleolítico. Todos ellos hayados en cuevas de la localidad Santoñesas con nombres como “La cueva de San Carlos”, “Cueva de La Horca del Fraile”, “Cueva de La Fragua” entre ellas.

Santoña en tiempos de los romanos.

La romanización fue muy importante para Santoña y todo el territorio. Aquí los romanos utilizaron la misma táctica que en el resto de la península: trazado de caminos y establecimiento de puertos comerciales marítimos como Portus Vereasueca, Portus Blendium y Portus Victoriae Iuliobrigensium. Esta última es considerada la ciudad de Santander o Santonia. No cabe duda de que entre los siglos I y IV, los puertos romanos estaban situados estratégicamente en los lugares ocupados por Centonia para comerciar con el sur de la Galia. La arqueología ha dado bastantes datos al respecto. Se cree que se encuentra en el solar de la actual iglesia románica de Santa Maria del Puerto. Entre otros objetos de interés, se encontraron ganchos romanos de hierro y bronce. En esta época existe una actividad pesquera muy importante junto la recolección de mariscos para la exportación a las zonas del interior.

Santoña en la edad moderna.

En el siglo XV, familias marineras que comerciaban con Francia y Flandes se habían asentado en Santonya, como la familia Hoyo que tenía clientes en Brujas. El navegante Juan de la Cosa, de una de estas distinguidas familias que vivían cerca del barrio de La Cosa, fue geógrafo, patrón y propietario del velero Santa María.

El descubrimiento de América supuso un aumento del comercio, lo que propició la economía de Santoña.

En 1639, una escuadra francesa al mando del arzobispo de Burdeos destruyó la ciudad de Santoña, que entraba en una fase de decadencia. Sin embargo, la ubicación de Santoña la convirtió en refugio de los barcos que cruzaban el Cantábrico, escenario de numerosas batallas navales. Esto motivó la construcción de diversas fortificaciones, como la de San Carlos o la de San Felipe en 1668.

Este último fue propuesto como resultado de un ataque de 1719 por parte de una escuadra anglo-francesa que buscaba impedir la construcción de varios barcos, lo que, según los gobiernos británico y francés, violaba los tratados internacionales existentes.

En 1705, Santoña se independizó como ciudad libre.

En 1727 se estableció una fábrica de buques de guerra y en 1734, el gobierno intentó construir tres muelles para buques de guerra en el puerto, pero la obra no fue más allá de los cimientos.

Santoña en el Siglo XIX.

Durante la Guerra de la Independencia, Santoña jugó un papel fundamental por su posición estratégica, hecho que dio lugar a la defensa del rey José I, que defendía a Santoña como parte integrante de su reino, y de su hermano el emperador Napoleón Bonaparte. este último con la intención de incorporar la población directamente al Imperio francés.

Santoña sirvió como depósito general de los efectos de varias guerras y, por lo tanto, favoreció las operaciones francesas. Esto explica por qué el ejército galo estaba preocupado por fortificar las ciudades. Asimismo, las autoridades francesas buscaron refugio en Santoña, el último lugar del Golfo de Vizcaya que los franceses habían cedido desde entonces, a pesar de que los británicos intentaron ocupar el lugar en nombre de España, finalmente el general quiso esperar a que el ejército español la ocupara el 28 de mayo de 1814.