Visitar el norte de España es sinónimo de una increíble experiencia gastronómica, y uno de los alimentos más utilizados en sus recetas es el pescado. La proximidad al Mar Cantábrico y Océano Atlántico nos permite disfrutar de una gran variedad de pescados de diferentes tamaños, texturas y sabores. Uno de los más utilizados, es el cabracho, el cual no solo tiene un sabor exquisito, también presenta unos valores nutricionales que no se deben desaprovechar. Descubre todo lo que necesitas de este pescado, y su receta estrella: el pastel de cabracho.
El cabracho es un pez que parte de la familia scorpaenidae, de color rojo y cubierto de espinas. Las espinas son venenosas y aunque no muy afiladas su incisión puede provocar un gran dolor, inflamación y fiebre. Es un pez de roca que se encuentra a profundidades de 10 a 500 metros y sus colores que varían de rojos vivos a diferentes tonalidades de marrones cálidos, le permite camuflarse con las rocas y algas del entorno, protegiéndose de los depredadores.
En gastronomía, al cabracho se le considera un pescado muy sabroso, su sabor recuerda ligeramente al rape, y su textura, a la merluza. Su popularizado uso desde los años 70 gracias al cocinero Juan Mari Arzak , lo ha hecho protagonista de diferentes recetas de la cocina española, aunque Karlos Arguiñano también es muy fan de la receta de pastel de cabracho.
Presenta diferentes usos en diferentes recetas, dependiendo de la zona:
También se le conoce con distintos nombres en dependencia de la zona o país en el que nos encontremos:
Se trata de un pescado blanco muy bajo en calorías y grasas, y muy rico en proteínas. Entre sus minerales destaca el potasio, selenio, fósforo y magnesio. Aporta muchas vitaminas a diferentes recetas, por lo que no puede faltar en tu cocina, tanto para el día a día como para ocasiones especiales, como las cenas de navidad.
Como veis, el cabracho es un tipo de pescado que aporta una gran variedad de nutrientes, por lo que su perfil nutricional es de lo más interesante. Eso sí, como todo alimento, hay que saber cocinarlo si no queremos desaprovechar los beneficios de un pescado como este. Por eso, optaremos preferentemente por preparaciones al horno con nada de sal o solamente con una pizca, sin pasarnos con el tostado y usando siempre un aceite de oliva virgen extra, que le aportará grasas de mejor calidad.
Este pescado habita en los fondos rocosos, durante el día permanece entre las grietas de las rocas y por la noche sale en busca de comida. La podemos encontrar en las aguas saladas el océano Atlántico, el mar Mediterráneo y el mar Caribe, a profundidades que pueden llegar hasta los 500 metros.
Se trata de un pescado semi graso de sabor muy suave, tiene una carne muy blanda y representa una buenísima fuente de proteínas, especialmente recomendado para niños. Su alto valor nutritivo se debe a la presencia de:
En gastronomía, la gallineta tiene mucho éxito por su textura, parecida a la de merluza. Su carne es suave y jugosa y, aunque el sabor no sea muy potente, puede potenciarse con salsa y otros alimentos de acompañamiento. Al igual que el cabracho y otros maricos, se encuentra entre los pescados y mariscos preferidos por los cántabros.
Este tradicional plato no solo es sabroso, también es muy fácil de hacer. La receta nació de la mano del cocinero español Juan Mari Arzak, quien popularizó la receta en la cocina española en los años 70, tomando la receta de pastela de merluza como inspiración para crear este aperitivo.
A continuación compartimos una rápida receta de pastel para 4 personas que no debe faltar en tu próxima reunión con amigos y familiares.
Para elaborar pudin de cabracho casero necesitas los siguientes ingredientes
Para elaborar pudin de cabracho casero necesitas los siguientes ingredientes:
Tras cocer el cabracho con el puerro y la zanahoria, se desmenuza y le retiramos la piel y espinas al pescado. Por otro lado batimos los huevos junto con la nata, la salsa de tomate y el pescado. Finalmente añadimos una pizca de sal al gusto, pimienta y mezclamos bien.
A continuación volcamos la mezcla en un recipiente de litro previamente untado con mantequilla y pan rallado. Lo cocemos en baño maría en el horno a 225º durante una hora y cuarto. Para la presentación, acompañaremos de unas hojas de laurel que. habremos metido minutos antes el horno para evitar que se quemen. Si lo prefieres, también puedes optar por perejil fresco troceado.
Lo más habitual con este aperitivo es que se sirva con una salsa rosa o mayonesa, debido a su acentuado sabor a marisco. También es habitual que se le acompañe con alguna rebanada de pan con un poco de salsa, o tostadas de pan con aceite de oliva virgen extra, servido en una cama de lechugas.
La salsa holandesa también marida muy bien con el pastel de cabracho y si quieres apostar por algo más tradicional, los pimientos del piquillo también le quedan muy bien. En este sentido, para que el plato quede más sabroso, es mejor que comas el cabracho una vez frío.
El pudin es de fácil preparación, y los ingredientes que presenta son fáciles de conservar y sencillos de encontrar en tu cocina: huevos, pan rallado, sal, pimienta, salsa de tomate, nata líquida, y, por supuesto, cabracho.
La versatilidad del pescado no conoce fin y sino, mira cuántas recetas de cabracho hay en la red. Para ponértelo fácil, te traemos algunas de nuestras favoritas, entre las que está el ya conocido pastel de cabracho de Karlos Arguiñano, pero también recetas más adecuadas para navidad.
El pastel o pudin de cabracho presenta una gran ventaja a la hora de conservarlo, ya que este puede ser congelado sin problema. Si lo que deseas es guardarlo en nevera, puedes conservarlo en un recipiente hermético o envuelto en film transparente durante 3-4 días. En el congelador puede ser guardado durante seis meses. Esto hace que el cabracho sea un pescado ideal para la Navidad porque podemos comprarlo antes de que su precio suba y conservarlo en el congelador, o cocinarlo y comerlo de un día para otro con total seguridad.
El pescado es el ingrediente con el que más cuidado hay que tener a la hora de conservar, en este caso, por sí solo, el cabracho al igual que otros pescados blancos puede estar hasta 2 días en nevera y 6 meses en congelador. Correctamente envasado. Se recomienda comprarlo en el último momento antes de volver a casa del supermercado, y colocarlo en la parte más fría de la nevera o congelador.
La mayor ventaja de conservarlo correctamente, es que mantendremos en óptimas condiciones sus propiedades nutritivas y su exquisito sabor.